El origen de la palabra misión viene del latín mittere que significa mandar o enviar. Con este significado podemos definir que Misiones en la Salle Pachuca es un grupo de alumnos, jóvenes y maestros comprometidos en fomentar actividades que promuevan el ideario lasallista de “fe, fraternidad y servicio”. Pertenece al área de formación y específicamente, en la Coordinación de Pastoral; el encargado de dirigir al grupo es el Ing. José Luis Bustamante, mejor conocido como Bus.
Las acciones que desarrolla un misionero es básicamente ir a zonas marginadas, para convivir con las personas de esos lugares. Las actividades que actualmente se realizan son:
• Visitas semanales a la Colonia Pirules en Pachuca para jugar y atender a los niños de ese lugar ya que es una zona de bajos recursos en donde las madres tiene que trabajar y por lo tanto no existe un lugar en donde puedan atender a sus hijos y que ellos a la vez puedan recrearse o entretenerse sanamente, entonces el grupo de misiones interviene mediante actividades educativas como presentaciones de títeres, juegos, charlas de valores, dibujos etc.
• Ir en vacaciones de semana Santa y Navidad a las comunidades rurales de Huehuetla, Hidalgo; con el objetivo de compartir un poco de nuestro tiempo, dando talleres de personalidad o valores humanos a adultos y jóvenes, jugar con los niños, escuchar a las personas, celebrar los ritos eucarísticos de la religión católica, etc.
• Visitas por las noches a hospitales. El fin es acompañar a los familiares de internos que están en espera de los resultados de las operaciones; se les brinda café y un refrigerio mientras transcurren las horas, además de que se trata de platicar con ellos intentando aminorar el sufrimiento de los familiares.
Sin embargo desde mi punto de vista y con base a mi experiencia como misionera, considero que no sólo es un grupo que va en busca de necesidades morales, espirituales o económicas con el objetivo de servir como buena persona o buena católica; sino que es un compromiso consigo mismo de buscar, trabajar y encontrar un mundo cada día mejor y más justo.
En general es ir a dar testimonio de nuestra fe en Dios con base a nuestras experiencias, por lo que esto no implica que sólo tengamos que hablar de Dios o de la Biblia como meros recuerdos o como catequesis para evangelizar; sino es dar ejemplo con el quehacer cotidiano.
Considero que una vez que te haces ser o llamar misionero, uno acepta la responsabilidad que esto implica, que es trabajar cada día, cada momento y a cuesta de todo en elevar la dignidad humana; y no como mero altruismo (diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio) sino porque realmente haces lo que te gusta y por lo tanto te llena y te hace feliz.
Como decía la madre Teresa de Calcuta “No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz”
La felicidad entonces, es muestra del amor y por lo tanto considero, debe ser el fin último que todo ser humano que debe poseer; lo podemos comprobar en el siguiente pasaje de la Biblia en donde dice:
…Si yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, y me faltara el Amor, no sería más que bronce que resuena y campana que toca. Si yo tuviera el don de profecías, conociendo las cosas secretas con toda clase de conocimientos, y tuviera tanta fe como para trasladar los montes, pero me faltara el Amor, nada soy.
Si reparto todo lo que poseo a los pobres y si entrego hasta mi propio cuerpo, pero no por Amor, sino para recibir alabanzas, de nada me sirve...
Sin dar más rodeos, considero que la importancia de la misión como significado lingüístico no sólo es envío, sino que tiene un significado más allá, por ejemplo si pensamos en ¿por qué las empresas u organizaciones tiene una misión?, pues la respuesta está en que no sólo es el poder o facultad que se le da a alguien de ir a desempeñar algún cometido sino que es el conjunto de razones fundamentales de la existencia de la compañía; en la que se planean estrategias para formular objetivos que guiarán a la empresa u organización. En este caso lo primordial es hacer descubrir en la persona que la razón de su existencia es vivir en y con el amor y por lo tanto sus objetivos siempre deben estar comprometidos en los mismos seres humanos; involucrándonos entonces en el peregrinar en los Signos de los Tiempos, en los problemas sociales, ecológicos, económicos, gubernamentales, educativos, etc.
Como lo nuestro fundador de la escuela que en los momentos más cruciales de su época, en un ambiente donde los hijos de los artesanos y de los pobres se encontraban desguarnecidos: sin medios materiales, sin cultura, sin escuela. De la Salle renuncia a todo y congrega a los Hermanos de las Escuelas Cristianas para rehacer y modernizar la escuela, crea instituciones originales, forma maestros seglares para pueblos y aldeas, escribe 20 libros y riega su labor de cuarenta años con la sangre de la persecución, la pobreza y el amor sacrificado.
Por último y como diría el L.A.E. Francisco Javier Reverter Rabling en su último comunicado “para nuestra universidad peregrinar ha sido y será caminar… llevando consigo a todos los seres que nos rodean: alumnos, padres de familia, intendentes, administrativos, Hermanos Lasallistas, directivos y amigos…a una relación histórica sobre los años de nuestra Universidad La Salle Pachuca, como una ofrenda a Dios en agradecimiento por habernos concedido la gracia de poder hacer algo en favor de este nuestro pueblo hidalguense, de nuestro México”.